El último viaje acido.

posted under by Anónimo



Ya eran las 7 con 15, ese pendejo me había dicho que pasaría por mí a las 6:30, así que estaba yo solo en mi casa ya que mi mamá y mi hermana se habían ido respectivamente a sus compromisos, pero no tenía de otra, tenía que esperar a Pavel para ir al evento.
Fui a mi cuarto a escuchar un poco de música para llegar fresco y con ganas de más al rave. Había comprado mi boleto justo una semana antes por eso de los precios altos y evitar desmadres absurdos al llegar al evento, y aunque era un poco lejos de donde vivía, sabía que una vez que llegara mi amigo por mí, todo saldría bien.
Por fin llegó Pavel, aunque al cuarto para las 8 no era la hora en la que habíamos quedado, era aceptable considerando que íbamos lejos y que el lugar valdría la pena la espera. Durante el trayecto hacia el rave, me olvidé de mi atomizador para cuando me dan mis ataques de asma, pero pues ya estábamos en camino, y mejor empezamos a comentar como estaría el evento, que veríamos a los mejores en la escena psy-trance y que consumiríamos grandes cantidades de mota. Por suerte, también me había preparado para ese detalle, así que había ido con mi “dealer” de costumbre por unos 10 gramos, que realmente no era mucho, pero lo necesario para pasarla bien adentro.
Nos fuimos en los autobuses que salen del monumento a la revolución, y aunque había un chingo de gente, siempre salen algunos autobuses de la nada para llevar a los que se ponen listos por 50 pesos al concierto, así que ya se imaginaran el desmadre que se arma para poder subir al camión. Una vez arriba, se empieza por prender el típico churro y empezar a cotorrear con los carnales que vayan también al concierto.
Durante el viaje hacia el rave conocimos un grupo de amigos conformado por 3 mujeres y dos hombres; Luisa, Yazmín, Lilian, Paco y Eder, y aunque al principio el tal Eder no me cayó muy bien, se compensaba por sus amigas Luisa y Lilian, que estaban bastante bien y tenían un toque pandroso pero sexy. Ellos venían de satélite, y al parecer de esas escuelas yuppies como el Itam o la Ibero, pero lo mejor de todo, es que traían un montón de mota, y entre Eder y Paco llevaban como 5 ajos, 3 cristales y 10 tachas, lo más seguro es que planeaban venderlas, ya que no creo que tanta droga pueda ser soportada por solo dos especimenes compactos.
Desafortunadamente, el camión no pudo llegar hasta la entrada del evento, esto debido a que había mucha gente deambulando por los alrededores del rave, y la policía municipal (que en realidad eran un montón de pueblerinos contratados por la misma productora del evento que solo querían ver a quien podían extorsionar y sacar una buena lana), obstruían la entrada.
Así pues, tuvimos que bajarnos a un kilómetro de distancia entre la carretera y la entrada al lugar, pero creo que fue lo mejor, digo, contando la experiencia que tuve, valió cada paso dado desde donde nos dejaron hasta el mismo escenario del rave. Empezamos a caminar el kilómetro de distancia, sin ninguna luz visible, pura oscuridad, y para peor desgracia, una densa niebla cubría todo el camino; por suerte, Yazmín traía una lámpara entre sus cosas, y eso nos ayudó a caminar hasta el rave. A pesar de la lámpara, éramos varios que queríamos pasar, y una sola lámpara no ayudaba, y aunque también los otros gueyes que iban al rave traían la luz de sus celulares, no era suficiente para alumbrar el camino. Al empezar a caminar, teníamos que cruzar montículos de hierba seca que estaban por todo el lugar, y la dificultad para poder cruzarlos era mucha, varias veces me caí al igual que mis compañeros, pero al cruzar cada montículo era como si estuviésemos encima de un animal peludo, al menos así se sentía, me sentía como una pulga caminando encima de un gran animal con pelo, mientras que las otras pulgas iban por diferentes caminos.
Como a la media hora de estar cruzando los matorrales, se empezaba a escuchar un sonido agudo muy melódico que era precisamente el sonido del escenario, y ya se empezaban a vislumbrar las luces del rave, había de todos colores; azul, verde, morado, amarillo y rosa, mientras que la espesa niebla mezclada con los sonidos y los visuales, hacían de la caminata una experiencia mística, como si camináramos hacia un paraíso audiovisual.
Por fin llegamos a la entrada del evento, y los organizadores empezaban a gritar que tengamos nuestro boleto a la mano, a lo lejos se veían policías golpeando a chicos que por lo que se veía, habían tratado de saltarse sin pagar al evento, uno que otro mariguano saltaba extasiado alrededor de la entrada, como incitándonos a entrar sin ninguna duda. Ya entrando al evento, los stands de ropa, comida y bebidas estaban alrededor del escenario y le daban la vuelta, y encontrabas de todo un poco, desde cyalumes con las cuales podías bailar, ropa de colores fluorescentes, comidas tipo snack bar, y pues, de bebidas, había desde cerveza hasta bebidas energetizantes, todo lo necesario para un concierto de Psy-trance.
Dimos una vuelta por el lugar, después pusimos la casa de campaña que por suerte a Pavel no se le había olvidado traerla, mientras que los demás fueron a comprar algo de comida. Mientras poníamos la tienda, Pavel me preguntó que como me había ido en la escuela, a lo que respondí: -No quiero hablar del tema, si bien sabes que no pasé,y lo más seguro es que me corran de la casa, trataré de contactar a mi tío para que me vaya a vivir con el a Puebla, mejor dejemos el tema en paz y disfrutemos esto, que probablemente será la última vez que nos veamos-.
Pavel se quedó callado, hizo una mueca de tristeza, y volteó la mirada mientras seguía armando la casa, yo me quede al lado de él pensativo, tratando de no imaginarme lo que sería de mí una vez llegando a mi casa. Por fin acabamos de armar la casa de campaña, y como a los 10 minutos llegaron Lilian y Paco, traían mucha comida y nos invitaron un poco, Yazmín, Eder y Luisa se habían ido justo enfrente del escenario. No perdimos tiempo, acabamos de comer y nos dirigimos justo donde estaban ellos, cuando llegamos justo enfrente del escenario, había una euforia por todo el lugar; rayos láser iluminando los cerros cercanos, mientras que las luces del escenario iluminaban de todos colores la cúpula del mismo, 4 go-go dancers estaban encima de la tarima bailando muy estrafalariamente mientras que sus prendas irradiaban colores que bien podrían haber dejado ciego a un daltónico. Estuvimos con la euforia y con la magnitud del evento sin percatarnos de nada, era como si estando ahí parados alrededor de toda esta gente que no conocíamos, fuéramos una sola persona disfrutando a todo lo que da la vida, la música y las sensaciones que nos daban los sonidos ensordecedores y la experiencia de saber que éramos de los pocos afortunados en vivir ese momento. Después de un rato de estar bailando, Eder y Paco nos ofrecieron a mí y a Pavel unos cristales y unos ajos, Pavel no aceptó, pero yo estaba con unas ganas de alejarme de la realidad para olvidar mis problemas, además, nunca había probado ni un ajo ni tampoco un cristal, así que quise probarlos ese día, Eder me dio los dos, advirtiéndome que no me tomara los dos al mismo tiempo, no le hice caso, pero le dije que sí, me dio las dos cosas y se fue con Paco a ver si podían vender algo para sacar para las chelas. Ahí los tenía, el ajo y el cristal, dos objetos tan pequeños pero a la vez tan poderosos para la mente, y sin pensarlo dos veces, me los metí en la boca, mientras que mi lengua empezaba a sentirse floja y a adormecerse. Conforme pasaba el tiempo de haberlos ingerido sentía unos escalofríos poca madre, empezaba a escuchar los sonidos mas nítidamente que lo que había escuchado hasta ahora en mi vida, y mis sentidos estaban a flor de piel, no sabría como describirlo, simplemente lo vivía. Y conforme más bailaba, mas energía tenía, después de una hora todos los sentidos empezaron a engañarme y empezaba a ver el escenario mas cerca de lo que lo tenía, las luces las sentía enfrente de mi cabeza, mientras que las caras de las personas que me rodeaban se volvían difusas e inclusive algo tenebrosas, y aunque Pavel estuviese a mi lado, no se percataba de mis sensaciones, de pronto sentí como mi corazón empezó a palpitar demasiado, casi como si quisiera salirse de mi pecho, empecé a sudar frió, y mis dedos se empezaron a inmovilizar, al igual que todo mi cuerpo que no soportaba la energía, para desgracia mía, había olvidado mi atomizador, y mi ataque de asma se empezó a hacer cada vez más fuerte, hasta que ya no pude respirar, la última imagen que vi, fue a Pavel a mi lado, tratando de hacer espacio entre toda la multitud, mientras que mi mirada se iba alejando hacia el firmamento, hacia ese cielo claro y despejado que había por encima de mí, no mas que el claro azul que desembocaba en mis parpados, y que de pronto la mirada se volvía difusa, hasta que por fin desaparecía.

Alejandro se quedó ahí, tendido en medio del pasto y justo enfrente del escenario, los organizadores se percataron de esta tragedia y trajeron a los paramédicos, pero ya era muy tarde, Alejandro se había asfixiado al no poder respirar por su problema de asma, Pavel se quedó a su lado, esperando a que reaccionara, mientras que la multitud de gente que estaba alrededor de él dejó de bailar. Las pupilas de Alejandro estaban dilatadas, y mientras el sonido de las bocinas del evento seguían con su sonido ensordecedor por todo el lugar, la muerte deambulaba por el evento, y todas aquellas personas ajenas a él sintieron el mismo escalofrió que sintió Alejandro justo cuando se tomo el ajo y el cristal, ahora para Alejandro sería la última vez que escucharía los sonidos melódicos del Psy-trance, pero sus ojos se quedarían para siempre con aquella imagen nítida y hermosa del cielo completamente despejado, y con los rayos del sol a punto de tocar sus pupilas dilatadas.

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